Los populares sándwiches de chorizo chuquisaqueño “7 lunares”, llegaron a La Paz para quedarse. Los Pinos (calle 3 casi avenida Costanera) y Miraflores (Calle Carrasco), albergan a los dos únicos lugares oficiales de los chorizos “7 Lunares”, a los que se suman otras delicias como el jamón y el enrollado.
Escribe: Daniela Cárdenas Marín
Los chorizos “7 Lunares” tienen una trayectoria de más de 150 años. Fueron los esposos Saavedra: marido y mujer, quienes en 1870 iniciaron la tradicional receta de los chorizos chuquisaqueños en la ciudad de Sucre.
Al principio, la familia repartía los chorizos crudos a hoteles, pensiones o los contrataban como proveedores para los banquetes de ese entonces denominados “mesas de once”; posteriormente fueron los estudiantes universitarios quienes impulsaron la idea de vender sándwiches de chorizo.
Andrea Moscoso, socia y administradora de la sucursal de La Paz; cuenta que el nombre de “7 lunares” nació en el seno de la familia Saavedra, pues resulta, que una de las 6 hijas de este matrimonio, era particularmente atractiva y lunareja y cuando repartían los chorizos por la ciudad, las personas la reconocían como la muchacha de los lunares, fue así como decidieron fundar su negocio bajo el nombre de “Chorizos 7 Lunares”.
Llegan a la Ciudad Maravilla
En carnavales del 2020, el sabor original de la capital boliviana llegó a la ciudad de La Paz para quedarse; a raíz de la iniciativa de un grupo de buenos amigos que decidieron llevar un pedacito de la Ciudad Blanca a la Ciudad Maravilla.
El proyecto liderado por Andrea Moscoso, Nelson Cárdenas, Carmen Ortubé (amiga cercana de la familia Saavedra) y Richard Ramos inició con la venta de sándwiches de chorizo a las oficinas de la zona sur en una camioneta, solo fines de semana, siendo hoy día, las únicas personas, autorizadas por la familia Saavedra, para expender chorizos “7 Lunares” en La Paz.
Adías del arribó de los afamados chorizos, los emprendedores fueron invitados a la feria de automóviles “5 días sobre ruedas”, en el campo ferial Chuquiago Marka, donde se llevaron la grata sorpresa de acabar con todas sus provisiones en el segundo día de feria. Andrea confiesa que terminaron la feria expendiendo más de 150 kilos de chorizo chuquisaqueño.
El grupo de amigos quedó entusiasmado por continuar con el proyecto; sin embargo, el primer lunes después de la feria empezó la cuarentena y el negocio ingresó a una pausa obligada hasta fin de año, retornando para quedarse y consolidarse, tanto que abrieron su primera sucursal en la zona de Los Pinos, para posteriormente trasladarse a la calle 3 casi Av. Costanera en la misma zona,
Un año después, el 2021, inauguraron su segunda sucursal en la zona paceña de Miraflores en la calle Carrasco, a una cuadra del Estadio Hernando Siles.
Ambas zonas estratégicas han permitido a “7 Lunares” establecerse dentro del rubro gastronómico de la ciudad, pero según Andrea, el éxito no solo se debe a la ubicación de sus locales, sino también a la publicidad de boca en boca de aquellos chuquisaqueños que residen en la sede de gobierno y que reconocen el sabor original de la receta de la familia Saavedra.
“La gente chuquisaqueña es los notan la diferencia, ellos fueron los que nos ayudaron a promocionar el producto”, señala la administradora.
El menú
Los platillos principales tanto en Sucre como en Las Paz son los sándwiches de chorizo, sándwiches de jamón y sándwich de enrollado; sin embargo, en La Paz se ha innovado con otros platillos como el famoso “Chorizaqueño” que son los “7 Lunares” en un plato, porque lleva jabón, enrollado y chorizo.
Por otra parte, los socios paceños han identificado a los negocios de comida rápida como sus principales competencias, es así como incluyeron a su menú la choripapa, que sigue siendo chorizo chuquisaqueño tradicional, pero con una porción papas; finalmente, al menú paceño se suman las costillas de cerdo ahumadas al estilo chuquisaqueño.
Cabe destacar que gracias a la buena relación entre la familia de los señores Saavedra y los socios paceños, todos los productos son chuquisaqueños a excepción del pan, debido a que en Sucre utilizan la K’aspita. “Nosotros a veces utilizamos la sarnita, pero con la intención de mantener lo tradicional hemos encontrado un pan especial que es la ciabatta”, señala la administradora.
Respeto por la tradición
Andrea Moscosos tiene claro que, si bien ni ella ni sus socios han empezado esta tradición, son muy respetuosos con la trayectoria de la familia Saavedra; es más, considera que es un honor ser los representantes de ellos en La Paz.
Un siglo y medio de historia gastronómica se hace presente en Sucre y La Paz, el concepto inicial de un negocio familiar no ha cambiado y hoy encabezada por la señora Elsa Flores y la señora Ena Luján, nieta y bisnieta de los señores Saavedra respectivamente, más de cuatro generaciones mantienen el legado de la familia Saavedra.
Dicho concepto se ha replicado en la sucursal paceña, con el deseo de mantener todo muy cercano y coloquial como lo es en la Ciudad Blanca, en lo que la familia del señor Raymundo Cárdenas ha desempeñado un rol importante para impulsar y consolidar el proyecto en la sede de gobierno.
De cara al futuro, en La Paz se desea abrir una nueva sucursal con el fin de abarcar otras zonas, pero sin perder esa cercanía con los clientes que los caracteriza. Además, de optimizar sus redes sociales para dar a conocer a más personas lo maravilloso de la gastronomía chuquisaqueña.
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