Un viaje a través de la magia de las miniaturas y la devoción al Ekeko
Orígenes y Devoción al Ekeko
La veneración al Ekeko, deidad aimara asociada a la abundancia, se remonta a las culturas prehispánicas y la formalización de esta adoración ocurrió durante la época colonial en 1781, cuando el gobernador José Sebastián de Segurola ordenó celebrar anualmente una fiesta en honor al Ekeko. Este acto de agradecimiento conmemoraba la salvación de la ciudad del cerco indígena de Túpac Katari.
Según las descripciones del sacerdote jesuita Ludovico Bertonio en 1612, el Ekeko, originalmente vinculado a las lluvias para asegurar cosechas prósperas, ha evolucionado en la actualidad para representar a cualquier habitante de la región sudamericana. Su figura encarna la esperanza y la prosperidad.
Miniaturas: El Arte de Hacer Sueños Realidad
La fabricación de miniaturas, una costumbre ancestral, se consolidó en la época colonial. Arthur Posnansky, en 1918, observó que en la Cultura Tiwanakota, la población ofrecía miniaturas de lo que deseaban para obtener buena suerte cerca del 22 de diciembre. Inspirados por estas observaciones, la feria Alasita se estableció como un mercado de miniaturas durante la fundación de La Paz.
El nombre “Alasita” proviene del aimara “alasitha”, que significa “comprar”, y se encuentra registrado por primera vez en el Vocabulario de la lengua Aymara de Bertonio en 1612, elaborado en Juli, Departamento de Puno, durante la época colonial del Virreinato del Perú.
La Celebración en Bolivia: Un Mes de Magia y Tradición
La feria, que aglutina a alrededor de 5000 artesanos, se instala en el Campo Ferial del Bicentenario de La Paz. Comienza al mediodía del 24 de enero y se extiende aproximadamente por un mes. Este evento, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2017, ha evolucionado desde sus inicios modestos en las orillas del río Choqueyapu hasta convertirse en una de las festividades tradicionales más importantes de Bolivia.
Rituales y Costumbres: Bendiciones y Celebración
El 24 de enero, al mediodía, los compradores de miniaturas participan en un ritual que incluye la tradicional ch’alla, un rito andino que involucra la rociada con alcohol, pétalos de flores, sahumerios y oraciones. Este acto fusiona tradiciones prehispánicas y católicas, creando una experiencia única de devoción y celebración.
De la Tradición a la Modernidad: Retos y Reconocimientos
Aunque la festividad de Alasitas ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a la vida moderna, Bolivia postuló en 2011 para que la Unesco reconociera esta tradición como Patrimonio Cultural Inmaterial. Sin embargo, la postulación enfrentó desafíos y polémicas, retirándose finalmente en 2013. En 2015, Bolivia presentó una nueva postulación, centrada en los aspectos inmateriales y espirituales de la celebración, logrando finalmente la declaración de los Recorridos rituales en la ciudad de La Paz durante la Alasita como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2017.
Un Paseo por la Feria: Miniaturas y Más
La feria ofrece una amplia gama de miniaturas, desde billetitos intervenidos hasta gallos y gallinas de yeso que simbolizan el deseo de encontrar pareja. También se encuentran representadas viviendas, automóviles, material de construcción, negocios y hasta periódicos en miniatura. Estos elementos tradicionales son exhibidos en un espacio ferial que, además de las miniaturas, ofrece alimentos tradicionales y juegos de suerte y habilidad.