“Escribir para mí es hacer catarsis, no importa lo que escriba“
Su apariencia física con seguridad podría haberla y, aún podría, catapultarla en los medios de comunicación visuales; más aún cuando su formación universitaria le brinda todo el bagaje y el derecho a hacerlo; pero fue el mundo del periodismo escrito que le robó de las miradas para permitir a sus lectores cautivarse con la calidad de su producción, plasmada desde un simple lead hasta en los tan poco utilizados géneros de la crónica y los reportajes.
“Paceña, stronguista, lasallista, amante del buen cine; no me gusta definirme a mí misma … solo puedo decir que soy valiente”, responde Daniela Linares a aquella pregunta que suena sencilla; pero que a todo el mundo se le dificulta responder.
“Esther permanece sentada casi ocho horas diarias, camuflada entre colores que envuelven galletas, dulces y chocolates. Mientras espera a sus clientes, confecciona, punto por punto, una chompa de lana color cielo, la cual cae sobre sus gruesas trenzas negras. Pero esto no tiene nada de particular. Nadie podría sospechar que las golosinas son, en realidad, un pretexto. El verdadero negocio que da de comer a sus dos hijos y a ella es otro. Esther vende cocaína”, reza parte de una de sus tantas crónicas que marcan el estilo de Daniela Romero Linares, destacada periodista, comunicadora social y docente universitaria que, desde su primera incursión en la revista de su universidad, “Caja Negra”, hace más de 20 años, llegó a consagrarse como Jefa de Redacción de unos de los más prestigiosos medios de comunicación de Bolivia: Página Siete.
Daniela confiesa que su pasión por el periodismo comenzó en sus estudios universitarios cuando ejerció el cargo de Jefe de Redacción de la revista/periódico denominado “Caja Negra”, elaborado en las materias de redacción periodística, géneros periodísticos y otras, que permitieron a los estudiantes de una prestigiosa universidad paceña “realizar sus primeras armas”, desde el primer semestre de su carrera.
En “Caja Negra” varios de los entonces estudiantes, ejercen y ejercieron la profesión del periodismo escrito.
“Vi en la carrera de comunicación la mejor oportunidad para expresarme mediante la escritura, sin pensar precisamente en hacerlo en un periódico o medio escrito”; recuerda Daniela, a tiempo de remarcar que las materias de periodismo, que cursó en su universidad, le permitieron descubrir este mundo y, sobre todo, escribir.
Qué es escribir para Daniela
“Escribir para mí es hacer catarsis, no importa lo que escriba. De hecho ahora escribo columnas de opinión en un espacio que se llama Catarsis, en el portal digital La Nube; de alguna manera es un desahogo y una práctica constante del uso del lenguaje correcto”, remarca Daniela quien tuvo su debut oficial en el periódico “La Razón”, allá por el año 2003.
“Después de salir de la U presenté mi tesis sobre la guerra del gas de 2003; ello me permitió entrevistar a directores de periódicos, entre ellos al entonces director de La Razón, quien me preguntó si quería trabajar allí; por supuesto le dije que sí y tres meses después ingresé al periódico a trabajar”, rememora orgullosa de sí misma.
Recuerda que comenzó como reportera de temas especiales para luego ser promovida al área de Seguridad, lugar donde consolidó su pasión y estilo durante los casi 5 años en que trabajó en La Razón.
Tras su paso por La Razón, Página Siete la acogió y fue el lugar donde se desarrolló profesionalmente desde periodista hasta coronarse como Jefa de Redacción, cargo que generalmente recae en profesionales con olfato periodístico, redacción impecable y, sobre todo, excelente ortografía. Su jefatura culminó el 29 de junio de este año, cuando los propietarios de Página Siete decidieron cerrar el periódico.
“Llegar a este último cargo fue como decir “lo logré”; tal vez no era mi objetivo directo, pero como se dieron las cosas ha sido una meta cumplida y sentí mucho orgullo de mí misma por haber logrado llegar hasta ahí, pese a todos los sacrificios que implicó”, anota.
Distinción
En los últimos días, Daniela fue objeto de una distinción denominada “Espíritu San Francisco de Asís”, otorgada por su universidad a personalidades e instituciones que han contribuido de alguna manera en la sociedad.
“Es un orgullo porque recibí el reconocimiento de la universidad donde me formé”, destaca.
“LEAN, es el consejo que doy a las nuevas generaciones, así en mayúsculas; solo leyendo podemos tener un vocabulario más rico y completo y, además, podemos descubrir mundos que jamás vimos”, remarca Daniela.
Y agrega, “aparte de leer, recomiendo que los jóvenes se mantengan informados; ellos están al margen de lo que sucede en el país y en el mundo; pero tiene que ser un derecho y una obligación estar al tanto de las noticias para no ser engañados, para formar un criterio propio y para poder expresarse libremente”, concluye.
A Daniela le espera aún un amplio como exitoso camino en el periodismo escrito; aquel en que son pocos los privilegiados capaces de escribir crónicas, reportajes y contar historias en géneros que los diferencian del común.
Muy pronto algún medio posará su mirada en ella, porque es muy difícil dejar de hacerlo.