Gustavo Riveros Benavides, una beca de excelencia lo lleva a la Universidad Panamericana de México

El estudiante Gustavo Riveros Benavides rindió una prueba en la que obtuvo la calificación más alta registrada en la última década que le garantiza una beca de excelencia en la Universidad Panamericana en Aguascalientes, México, donde estudiará ingeniería en tecnologías energéticas.

Escribe: Daniela Cárdenas Marín

¿Quién es Gustavo Riveros Benavides?

Gustavo Riveros Benavides es un joven estudiante de 18 años que actualmente cursa su último año escolar en el colegio Saint Andrews de la ciudad de La Paz. El joven estudiante consiguió una beca de excelencia para la Universidad Panamericana de la ciudad de Aguascalientes en México, tras rendir una prueba y obtener la calificación más alta registrada después de diez años.

Gustavo cuenta que antes era callado y reservado, pero se dio cuenta que esa personalidad lo limitaba al momento de entablar relaciones con sus compañeros, por lo que decidió cambiar y comenzar a ser más sociable, lo cual le abrió las puertas a vivir experiencias que llevará consigo a México como recuerdos memorables.

Gustavo Riveros, aún niño, primero a la izquierda

Ingeniería en tecnologías energéticas, la carrera elegida

La carrera que Gustavo eligió se enfoca principalmente en la aplicación de nuevas tecnologías del uso de la energía, y también en el desarrollo e investigación de fuentes de generación de diferentes energías. Gustavo explica que contraria a la ingeniería en tecnologías petrolíferas que estás arraigada al gas y al petróleo, recursos naturales no renovables, la ingeniería en tecnologías energéticas estudia las energías limpias y renovables, las cuales representan el presente y el futuro de un mundo sustentable.

La razón por la que Gustavo escogió esta carrera es porque reconoce ser amante de los números, la física y la química gracias a sus profesores que se encargaron de enseñarle la belleza de estas materias.

Por otra parte, confiesa que “sus puntos débiles” en el colegio eran las asignaturas de valores y religión. “No es que sea una persona mala o 100% atea, yo soy alto fan de Cristo y de hecho soy una persona muy solidaria, y creo que represento los valores que el colegio y en mi casa me ha inculcado”, destaca a tiempo de recordar una anécdota que reafirma su fe.

“En cuanto a mi creencia en la religión, antes de postularme para la beca, en mi colegio existe el programa de la banda estudiantil, yo me quería postular para ser jefe de banda y lastimosamente no se pudo y cuando me enteré dije: ‘Dios habrá querido esto y por algo será’, y justo días después me enteré que mi coordinadora había conseguido un lugar para que yo pueda dar el examen (de la beca), un examen que si yo hubiese sido jefe de banda no hubiera dado. Tal vez si yo hubiera sido jefe de banda,  y quien sabe dónde estaría ahora y quién sabe si hubiera obtenido una beca o no”, cuenta Gustavo.

Universidad Panamericana de la ciudad de Aguascalientes, México

De Bolivia a México para dejar una huella

Gustavo explica que irse de Bolivia dejará un vacío en él, pero se llevará las costumbres y la cultura en su corazón; es más, confiesa estar aprendiendo a cocinar los platos típicos de la región para no olvidar los sabores de su país. Por otra parte, lo que más le entusiasma de emprender este viaje es conocer la cultura mexicana y entablar nuevas relaciones con sus compañeros de universidad.

El joven estudiante es consciente de lo que enfrentará dentro de poco tiempo. “Si bien irme de Bolivia y dejar a mi familia es triste, creo que es algo con lo que debo lidiar, es un paso grande que debo dar para llegar a ser una persona que deje una huella en este mundo”, confiesa.

Los planes a futuro

Entre los planes que tiene contemplados para su futuro está, conseguir un intercambio durante su estadía en México para irse a estudiar Europa. Su primera opción es Italia y le sigue Alemania, pues considera que son países donde podría aprender y formarse como un gran profesional en su área.

Al terminar sus estudios sí piensa regresar a Bolivia para ver a su familia y poder colaborar con tutorías en el área de la educación, pero también planea vivir en el extranjero para poder aplicar sus conocimientos en un país más avanzado en cuanto a las energías limpias y renovables, pues considera que esto le abriría puertas a más oportunidades.

Rodeado de amigos de colegio

Agradecimiento y mensaje final

Gustavo agradece a sus padres Carlos Luis Riveros y Maribel Benavides, quienes le inculcaron valores y le brindaron las oportunidades para ser un joven que destaca como persona y como estudiante; asimismo, agradece a su hermana menor por acompañarlo y “llenar su vida de color”.

Destaca la labor de la directora del colegio Saint Andrews, Paola Reyes, quien lo apoyo durante todo el proceso para conseguir la beca, y tampoco olvida de sus profesores a quienes agradece el hecho de haberle inculcado el amor por sus materias, entre ellos: David Luna y Luis Gemio, profesores de matemática; José Ríos Chipana su profesor de química, y Fernando Quino y Carlos Zepita, sus profesores de física.

También da crédito al colegio Saint Andrews por velar por su desarrollo académico y brindarle las mejores bases para conseguir su beca. “El colegio me ha hecho el enlace a esto (la beca), un enlace que agradezco porque también me ha dado las herramientas y han sido de gran ayuda para mí, ha cambiado mi vida, mi forma de ser y es algo que de aquí a algunos años voy a seguir agradeciendo”, señala.

Finalmente, Gustavo aconseja a los jóvenes estudiar con ganas, porque considera que quedarse con los brazos cruzados y dejarse ganar por la flojera, solo les termina perjudicando.

“Para aquellas personas que de verdad tienen ambiciones, yo sugiero que hagan todo lo posible para cumplir esas ambiciones porque créanme que de los brazos cruzados no va a venir un hada o una estrella fugaz y se los va a cumplir”, se despide.

Junto a la familia
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