Roberto Espinal, mejor conocido como Zanquito, es actor, narrador de cuentos y payaso apasionado por las artes escénicas, hoy cuenta su trayectoria sobre las tablas para Bolivia News.
Escribe: Daniela Cárdenas Marín
Inicio en el mundo artístico
El camino de Roberto por el mundo artístico comienza durante su época escolar, en 1989. Cuenta que su profesor que impartía las materias de psicología y filosofía, les incentivaba a organizar actividades teatrales como parte de su plan de aprendizaje. Fue así que los estudiantes formaron un pequeño centro cultural llamado “Sut’iyay Puka” que significa amanecer rojo, donde se reunían para aprender sobre el teatro y la actuación.
Tras terminar el colegio, Roberto se fue al cuartel y al regresar entró a trabajar a una fábrica textil. Posteriormente, en 1999 retomó su rumbo de las artes escénicas, dejó de trabajar en la fábrica textil y uno de sus amigos le preguntó si quería trabajar haciendo teatro. Roberto se sorprendió al escuchar que pagaban por actuar. “Me metí a hacer teatro y no necesitaba que me digan qué hacer, de mí fluía; es decir, ellos ensayaban, pero lo mío era natural”, destaca.
Desde el año 2000 comenzó a trabajar de forma profesional en el teatro. Tomó diferentes cursos de artes escénicas, con maestros bolivianos y argentinos, quienes le ayudaron a mejorar sus técnicas de expresión corporal.
Zanquito, el payaso de oro
Su trayectoria como payaso comienza el año 2001 con el grupo de teatro “La Puerta” en el encuentro cultural infantil “Wawas Tinkuy”, al que fue invitado. Se presentó debido a la insistencia de los organizadores del evento pues no estaba en sus planes subirse al escenario
Cuando le preguntaron cómo lo presentarían, lo primero que se le vino a la mente fue “zanco”, pues en ese entonces, Roberto hacía presentaciones caminando en zancos, es así que lo anunciaron bajo el nombre de payaso Zanquito. “Lo llevo con mucho cariño, porque como payaso Zanquito he participado en varios festivales, he ido a fiestas infantiles. Hay niños que me recuerdan y hoy ya son profesionales y me dicen ‘tú eres mi payaso Zanquito’”, señala.
Tras iniciar su trayectoria como payaso, uno de sus amigos, Boris Cladera, lo convenció de presentarse como invitados en el Festiclown, hicieron reír mucho al público y les preguntaron porque no se presentaron como participantes del festival para ganar un reconocimiento. Es así que Roberto decidió presentarse como participante el siguiente año con el grupo de payasos Mixturitas y llegaron a obtener el payaso de plata.
El siguiente año se presentó en representación del teatro Kusisiña, junto a Grover Mamani y José Luis Calcina. “Los tres nos enfrentamos contra diferentes grupos de payasos que ya tenían trayectoria en fiestas infantiles y sketchs, pero había un gran problema en ellos, ellos eran payasos de fiestas infantiles y nosotros éramos payasos de teatro, sabíamos dominar el escenario”, señala a tiempo de destacar que cada noche, el jurado les daba puntuaciones altas y el día de la gran final ganaron el tan deseado payaso de oro.
La narración de cuentos
El año 2007, Roberto conoció la narración de cuentos interpretando la obra “Juan sin miedo”, y su brillante presentación lo llevó a narrar al festival “Gabriela Romero”, en Cochabamba, donde conoció a Marco Esqueche quien, sorprendido por su talento para contar cuentos, lo invitó al Festival Internacional de Calles Abiertas (FITECA) que se llevaba a cabo en el distrito de Comas de Lima, Perú.
“Actué en una cancha para mil personas, yo solo. La gente reía y al final del festival me decían ‘Juan sin miedo’, pero aun así no me había quitado el sabor de qué era contar cuentos, así que empecé a investigar. Las primeras veces era demasiada expresión corporal y poca palabra. Después me fui a las minas, a Atocha, a dar talleres de títeres, y ahí es donde perfeccioné el arte de la narración”, cuenta.
Motivación para continuar
La principal motivación de Roberto para continuar por este camino artístico fue viajar y conocer Bolivia entera y otros países. “El teatro me ha llevado por muchos caminos, por muchos lugares y agradezco eso porque yo nunca pensé salir de Bolivia”, confiesa.
Asimismo, el sentimiento sobre el escenario, los aplausos y compartir historias con el público permiten a Zanco seguir disfrutando cada show. “Aparte de viajar, lo que más me llena es el aplauso del público, sentirme querido, saber que les gustaba lo que hago, conocer a otras personas y conocer otros elementos culturales para intercambiar”, explica.
Presentaciones
Roberto se presentó en diferentes lugares a nivel nacional: en el Teatro Municipal de La Paz, la Casa de la Cultura, el Teatro Raúl Salmón, en hogares infantiles y en el hospital oncológico. Mientras menciona estos lugares, el artista recuerda una anécdota graciosa de cuando se presentó en el Teatro Municipal, con su icónico personaje del “Aparapa” que interpretó aparentemente borracho. Tras acabar una primera escena, el guardia de seguridad del teatro se acercó a Roberto y le exigió no continuar con la presentación debido a su estado, pero en realidad Roberto solo estaba actuando.
A nivel internacional, participó en varios festivales de Argentina, Perú, Colombia y México, Chile y Uruguay son sus siguientes destinos. “Cada lugar ha tenido una magia única que hizo que un pedacito de mi ser se sintiera afortunado y agradecido por estar en ese lugar”, explica Roberto.
Qué destaca de su trayectoria
Tras 23 años de actividad artística, lo que más destaca de toda su trayectoria son los reconocimientos otorgados por autoridades, instituciones y festivales. Roberto fue galardonado con el premio Eduardo Abaroa por el mejor cuento de tradición oral. La Cámara de Diputados y la Oficialía Mayor de Culturas también le han dado reconocimientos por su trabajo, y en Colombia recibió el reconocimiento de “El gran encantador” por su presentación en este país.
“Son esos reconocimientos que dicen que eres bueno, que te has ganado un lugar, que has sabido aprovechar los viajes y talleres, pero además, un reconocimiento grande es que mis hijas me digan maestro, por todo lo que les he enseñado”, cuenta.
Asimismo, cita el dicho “detrás de cada hombre hay una gran mujer” para mencionar a su esposa Paola Ledezma, quien lo apoyó y asesoró a lo largo de este camino y a quien hoy llama su manager.
Proyecciones a futuro
Entre sus proyecciones a futuro, Roberto tiene contemplado celebrar sus 50 años con un espectáculo especial llamado “De maletas y k’epis” en el que contará historias que harán referencia a sus padres y a sus orígenes. Por otra parte, tras su regreso de Tucumán se le presentó la oportunidad de viajar a Santiago de Chile para un festival de cuentos.
“Ahora estoy trabajando en una clínica como personal de mantenimiento y conductor de ambulancia, pero los fines de semana hago teatro porque es parte de mí; de lunes a viernes trabajo ahí y eso es bueno, porque el teatro no te da salud, con el teatro no vives, a veces sobrevives y cuando tienes un trabajo fijo sí tienes seguro de salud, pero no voy a dejar nunca el teatro, los cuentos y los títeres”, explica Roberto.
Mensaje final
Finalizando su entrevista con Bolivia News, Roberto Espinal deja un mensaje motivador para los lectores, en especial para los jóvenes que desean encaminarse por el mundo artístico.
“No se rindan, no se dejen caer, ustedes pueden. Paso a paso se puede. Y para seguir adelante, para abrirse puertas para un futuro grande, lean, la lectura abre puertas, te libera, te lleva a diferentes mundos. No se rindan, la vida es cruel, pero no tienen que rendirse, tienen que levantarse y seguir adelante. Y si hay que seguir, que mejor que imaginando con un libro abierto”, se despide.